La gestión del recurso humano es un proceso fundamental para la prosperidad de cualquier organización, ya que el motor de cualquier empresa son sus empleados. Por este motivo, es de suma importancia que los mismos se encuentren en continuo aprendizaje, contribuyendo a la mejora del desempeño individual y grupal, fortaleciendo la cultura organizacional, y proporcionando una ventaja competitiva sostenible.
A su vez, el contexto macroeconómico de nuestro país, por sobre todas las cosas, requiere de las pequeñas y medianas empresas (PyMES) la habilidad de adaptarse a los cambios constantes y de aprovechar las oportunidades emergentes de manera rápida. Así, las capacitaciones aparecen no sólo como un beneficio para los empleados, sino también como una inversión estratégica de las empresas que buscan mantenerse relevantes y prosperar en un mercado dinámico. En otras palabras, las capacitaciones son una estrategia de supervivencia.
HABLEMOS DE CAPACITACIONES
“La capacitación consiste en proporcionar a los empleados, nuevos o actuales, las habilidades necesarias para desempeñar su trabajo”
-Gary Dessler.
Este proceso de aprendizaje busca mejorar la eficiencia, la productividad y la adaptabilidad de los empleados a través de la adquisición de nuevos conocimientos o el perfeccionamiento de habilidades existentes. La capacitación puede abordar áreas técnicas, habilidades blandas, procedimientos internos, entre otros aspectos relevantes para el buen funcionamiento de la organización.
No olvidemos que, como bien mencionamos en nuestro artículo hace unas semanas, capacitación no es lo mismo que desarrollo de carrera. Haciendo una breve diferenciación, el desarrollo profesional o plan de formación tiene un alcance mayor, con una perspectiva a largo plazo y con el objetivo de enriquecer a los trabajadores; mientras que la capacitación es un proceso educacional a corto plazo que implica la transmisión de conocimientos relativos al trabajo que se va a desarrollar, y tienen como objetivo mejorar el rendimiento de los empleados.
EL PROCESO DE CAPACITACIÓN
Según Gary Dessler en su libro “Administración de Personal”, el proceso de capacitación cuenta con cuatro grandes pasos:
I. EVALUACIÓN, cuyo propósito es determinar las necesidades de la capacitación.
¿Cómo lo hacemos? A través de dos técnicas: el análisis de tareas, que es el estudio de un puesto para identificar las habilidades requeridas; y el análisis de desempeño, que es el estudio del desempeño para identificar deficiencias a corregir.
II. FIJAR OBJETIVOS de capacitación, es decir, especificar en términos medibles y observables el desempeño que se espera obtener de los empleados que serán capacitados.
III. CAPACITACIÓN propiamente dicha. Aquí se seleccionan las técnicas reales de capacitación y se llevan a cabo. Dos grandes grupos de capacitación:
Capacitación para el trabajo: tiene que ver con la preparación de las personas para que puedan desarrollarse en una actividad, ya sea al incorporarse a un nuevo trabajo o porque han alcanzado mayor nivel jerárquico dentro de la misma empresa.
Capacitación en el trabajo: se enfoca principalmente en desarrollar los conocimientos profesionales, habilidades, destrezas, talentos y actitudes de los equipos de trabajo para mejorar su desempeño en un puesto o en un área específica de trabajo.
IV. EVALUACIÓN nuevamente, para comparar los desempeños de antes y después de la capacitación de los empleados, y con ello se evalúa la eficiencia del programa.
IMPORTANCIA
Ya vimos que eran las capacitaciones y cómo es el proceso de planificación e implementación. Ahora bien, ¿cuál es la importancia de tener empleados capacitados?
Brinda competitividad en el mercado, al estar la empresa equipada para adaptarse a las demandas del mercado de manera ágil y rápida.
Proporciona a los empleados las habilidades y conocimientos necesarios para realizar sus funciones de manera más efectiva, lo que se traduce en un equipo de trabajo eficiente y en un aumento de la productividad.
Fomenta la innovación al brindar la oportunidad de aprender nuevas ideas, enfoques y metodologías.
Aumenta la satisfacción laboral, gracias al acceso a oportunidades de aprendizaje y desarrollo.
Refuerzan los valores y objetivos de la empresa, fortaleciendo la cultura organizacional.
Mejora la imagen empresarial, tanto interna como externamente, lo que puede atraer a clientes y socios comerciales.
En relación al punto anterior, puede ser un gran incentivo a la hora de atraer y retener empleados talentosos, ya que estos valoran las empresas que invierten en su crecimiento.
En resumen, las capacitaciones organizacionales son inversiones estratégicas en el activo más valioso de cualquier empresa: su capital humano. Al empoderar a los empleados con conocimientos actualizados y habilidades relevantes, las organizaciones no solo garantizan su supervivencia en un entorno competitivo y en un contexto macroeconómico invadido por la incertidumbre, sino que también sientan las bases para un crecimiento sostenible.
Desde la consultora, y a través del módulo “Ordenando tu Estructura”, trabajamos codo a codo no solo con el empresario para identificar los requerimientos de habilidades de la empresa y los puestos, sino también con cada uno de los integrantes de los equipos, para identificar áreas o habilidades en las que quieran especializarse o mejorar, y así poder planificar una estrategia de capacitación que lleve a la profesionalización de la PyME.
-Alfon Girolami
MC CONSULTORA EMPRESARIAL
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